Ibra mete la tijera
El derbi no pudo arrancar de mejor forma. Poner en pie a 23.000 espectadores en un encuentro de Segunda no es fácil; en parte porque casi ningún estadio registra esos números, en parte porque Ibra se inventó el remate perfecto para abrir el marcador colocando la pelota junto al palo. Poco después, Alanís, que había renunciado a jugar con México -como Bárcenas renunció a jugar con Panamá- firmó la sentencia con un cabezazo ante la pasividad de la zaga rojiblanca. Y todo esto en solo un cuarto de hora. El gol del senegalés Ibra quedará para siempre como uno de los más bonitos de los derbis asturianos. Un tanto que ayudó a ganar al Sporting y abrir una brecha de 5 puntos de ventaja sobre los gijoneses.